Sabido es que las desgracias nunca vienen solas. Normalmente te las sirven acompañadas de ensalada y papas fritas. Así que, si el paro no es suficiente plato de mal gusto en tú vida, el cierre de Megaupload viene a completar tan desagradabale menú.
¡Qué chorrada¡, dirán aquellos que no gozan de la condición de
serieadictos. Pues no, para nosotros no es una chorrada sino un auténtico contratiempo que hay que afrontar cómo se afronta un giro radical en tú vida como el que supone el desempleo. Bueno, vamos a dejarlo en casi igual...
Sabido es que las series de televisión han venido a sustituir al cine, al buen cine. Y sabido es que la programación televisiva, incluso la de las cadenas de pago, o es infumable o es más infumable todavía. Únanse estos dos ingredientes, agítese la coctelera y sírvase el mal trago: nada digno de ser visto en esos momentos de sano ocio que solíamos pasar frente a la pantalla del televisor.
Es gracioso que con tanta ley Sinde y tanto cuento haya tenido que ser el FBI (en base a la SOPA, la PIPA y toda su parentela) el que haya venido a poner fin en este país al sano intercambio de contenidos, eso que otros malajes denominan criminal pirateo. Pero la Sinde debe estar contenta porque, de una u otra manera, ha conseguido su objetivo: ¡que los espectadores se agolpen ante las taquillas de los cines para ver cine español!
¿Conseguiremos así que la industria cinematográfica española despegue y, ¡oh, cielos!, deje de depender de las subvenciones públicas? Bueno, yo no me haría demasiadas ilusiones. Era de las que esperaba que, llegado el momento actual, o sea, el cierre de servidores de las características de Megaupload, los consumidores ya tendríamos acceso a una buena y completa oferta
legalizada que también tuviera en cuenta los derechos de los autores. Pero no. Por lo visto han empleado su tiempo en la pataleta, les han tenido que venir a sacar las castañas desde fuera y ellos parecen seguir pensando que van a poder seguir manteniendo un modelo de negocio que ya está caduco.
Así les va. Mientras, el mundo 2.0 sigue caminando a toda velocidad...