lunes, 8 de octubre de 2012

Despedida y cierre

http://www.estuimagen.com

Cuando comencé a escribir este blog, en enero de 2012, tenía la intención de sumergirme de lleno en el concepto 'estar desempleada' -algo que en los últimos 30 años no me había ocurrido nunca- para conocerlo, evaluarlo e intentar transmitir qué ocurre cuando el paro entra a formar parte de tú vida en todos los aspectos de la misma.

Y así lo he ido haciendo -con más o menos regularidad y menor y mayor fortuna-  hasta la fecha de hoy, momento en el que me sumerjo de lleno en un período sabático en el que la puesta a punto profesional, el reciclaje y la búsqueda de nuevos horizontes laborales se convierten en mi principal objetivo.

El nuevo paradigma laboral advierte de que empleo y desempleo, tal y como hoy lo conocemos, pasan a la historia para dar entrada a nuevos tiempos donde, para buena parte de la masa laboral, las personas están destinadas a crear su propio puesto de trabajo y defenderlo día a día.

No es fácil ni es cómodo y algunos ni siquiera serán capaces de entenderlo, pero es lo que hay. Y como diría Serrat, "nunca es triste la verdad, lo que no tiene es remedio".

Gracias a todos aquellos que han seguido este blog, en especial a los que su generosidad llevó a hacerse 'oficialmente' seguidores del mismo. Gracias también a los que me enlazaron a sus respectivas bitácoras y a los que, desde aquí, sugiero que supriman esta cabecera de sus páginas.

A todos les emplazo a seguir leyéndome en http://carmenmerino.wordpress.com,
ni nueva dirección en la web y un blog donde, como podréis comprobar si decidís picar este anzuelo, los lugares comunes siguen sin tener cabida.

Un sincero abrazo.

domingo, 12 de agosto de 2012

martes, 7 de agosto de 2012

I love crisis


¿Qué puede tener de bueno una crisis que mantiene en el paro a cinco millones de ciudadanos, acobardados a los que continúan empleados (cada vez más subempleados) y con el agua al cuello a muchos autónomos y empresarios honrados? Poco, la verdad. Salvo para los especuladores con cash y los gurús de la autoayuda versión patria que han hecho de ella su modo de vida.

La crisis como oportunidad es una apuesta a muy largo plazo en las actuales circunstancias, cuando en  el horizonte solo se atisba un abismo en el que continuar profundizando.

Pero, aún así, tiene sus ventajas. Pocas, pero las tiene. Y una de las más llamativas es el interés que han tomado las compañías por el cliente. En tiempos de bonanza, el cliente ha sido para la mayoría de las empresas, torpes empresas, simple carne de cañón. A día de hoy, los servicios de atención al cliente son  un elemento clave en la gestión de la empresa. Porque perder clientes es un riesgo que no se puede correr cuando la tasa de reposición es tan peligrosamente baja.

Obviamente, las redes sociales y la exposición en canal ante la opinión pública que sufren las empresas por este motivo tienen una importancia fundamental en la nueva percepción del cliente. Pero, pese a la gran evolución del mundo 2.0, el consumidor medio no es todavía el ser cibernético al que sin duda evolucionará.

Pero ya sea en su versión 2.0 como en su versión tradicional, el consumidor sale ganando de estas difíciles circunstancias. No sólo porque los márgenes descienden de la abusiva estratosfera y los precios finales se reducen, sino también porque los dependientes y el resto de los actores de primera fila en el sector servicios están aprendiendo a marchas forzadas el noble arte de servir al cliente.

¿Cuántos de los problemas anteriormente irresolubles con determinadas compañías, sobre todo las que provienen de anteriores situaciones de monopolio, encuentran ahora una respuesta adecuada al otro lado del servicio de atención al cliente?

Yo tengo una auténtica colección de anécdotas propias y ajenas. Seguro que vosotros también. ¿Os parece una buena idea que las compartamos?




lunes, 11 de junio de 2012

La naturaleza se abre camino



¿No has tenido a veces la sensación de estar en un lugar que los hombres llevan siglos y siglos tratando de robar obstinadamente a la Naturaleza pero que esta, igualmente obstinada, se resiste fieramente e insiste en recuperar lo que es suyo de tal forma que será al final el tiempo el que termine por poner las cosas en su sitio?

Yo sí, incluso a menudo. Y en el municipio tinerfeño de La Laguna, con más de 500 años de existencia, surgen a menudo motivos para creerlo. Sus famosos tejados plagados de insistentes verodes son una espectacular muestra más de ello.

En la foto de arriba se observa como, en plena ciudad, la vegetación se abre camino bajo el tubo medio arrancado de una de esas barras que colocan los ayuntamientos para que los coches no aparquen en determinadas zonas. En la de abajo se comprueba como el precioso verode ha conseguido desafiar las toneladas de asfalto para asomar su curiosa cabecita por el sitio más inesperado.




miércoles, 23 de mayo de 2012

solucionesparatodo.com

                                                     



Centro de la ciudad de Santa Cruz de Tenerife. Donde el ayuntamiento no llega, lo hacen las ñapas de los vecinos. En el lugar se suelen reunir alcohólicos y otros toxicómanos. Lo excluido no quita lo aseado. A veces.


















martes, 22 de mayo de 2012

Resolución de conflictos (La Odisea de Carritus II)

La ilustración es del blog clasesdeperiodismo.com

Una de las principales tareas del community manager encargado de una comunidad con carácter comercial o de servicios es sin duda gestionar la resolución de conflictos. No resolverlos, que para eso están los departamentos adecuados. Y mi experiencia personal con @Carritus (ver La odisea de Carritus) me ha dado material más que suficiente para sacar algunas conclusiones interesantes en relación a mis estudios de community manager.

La primera de ellas es que no puedes bajo ningún concepto ofrecer servicios que no estás en plena disposición de dar. En la página web de @Carritus se incluye un chat cuyo objeto es ayudarte si tienes algún problema a la hora de realizar tú compra. La realidad es muy distinta a la oferta. Nunca hay nadie disponible al otro lado de la pantalla y las consultas que realizas pasan a un sistema que te responde como mínimo 24 horas más tarde. ¿Hay alguien dispuesto a embrollarse en un proceso de esta naturaleza para realizar una simple compra de alimentos? Me temo que no.

La segunda, y no menos importante, es que se ofertan ventajas con apariencia fraudulenta. Y me explico. Mi aterrizaje en @Carritus se produjo al calor de una oferta según la cual no habría gastos de envío en las compras realizadas entre determinadas fechas. El mecanismo era la devolución por parte de @Carritus del importe que habías pagado previamente por dichos gastos de envío al suministrador de tu compra, Alcampo, Carrefour o cualquier de los otros supermercados con los que trabaja la empresa.  La verdad es que tuve que reclamar a @Carritus la devolución de dichos gastos de envío.

La empresa explicó su incumplimiento con el argumento de que no tenían mis datos bancarios para realizar la devolución debido a que la compra se paga directamente en el supermercado que te la sirve. Lo cual me llevó a la siguiente reflexión: ¿Y por qué no me han pedido ustedes tales datos antes de que yo tenga que reclamarles que cumplan con sus promesas comerciales? Teniendo en cuenta que dejé pasar el doble del tiempo ofertado (ocho o nueve días) antes de reclamar el reembolso, ¿no deberían haber caído en la cuenta de que me debían algo y haber puesto en marcha los medios necesarios para resolverlo? ¿A cuantas personas se les pasará el hecho de que no han recibido el reeembolso de los gastos de envío o no se molestarán o se encontrarán con tiempo y fuerzas para reclamarlo? ¿No es este un proceder propio de una voluntad engañosa?

En mi particular caso, el tesón y la publicidad de este caso en la red, especialmente la mención del proceder de la empresa en Twitter, me reportó una amable carta del director general de @Carritus donde, además de disculpas mil, se me ofreció una compensación de 50 euros por las molestias, además del reembolso de los gastos de envío de la compra realizada y ¡hasta de otra que nunca logré cerrar debido a los fallos del proceso que tiene la página¡

Ni que decir tiene que acepté la humilde pero merecida compensación e hice uso de ella para concretar la compra con Alcampo que motivó La odisea de Carritus, compra que de este modo me salió a mitad de precio y fue felizmente entregada a mi hijo, residente en Madrid.

Pero, desgraciadamente, esto no ha hecho variar mi visión sobre el servicio que ofrece @Carritus. Sobre todo después de saber que una amiga se ha visto recientemente en las mismas dificultades que yo para coronar un pedido en Alcampo a través de @Carritus. ¿Están seguros en esta empresa de que no tienen nada que modificar urgentemente?

¿Y qué tiene que ver con todo esto la función del communituy manager?, os diréis con razón. Pues muy sencillo. A lo largo de todo este proceso hubo un momento en el que se puso en contacto conmigo alguien que cumplía esta o parecida función. Lo sorprendente es que tuvo que tirar la toalla casi de inmediato, porque se confesó incapaz de resolver el problema. Salvo ofrecerme sus disculpas y mostrarse solidaria con mi sufrimiento, poco más pudo hacer por mí. ¿Motivo? Pues está claro. Un community manager no es una isla dentro de una empresa, sino un eslabón más de un equipo que debe responder de manera coordinada ante el cliente, la fuente de toda razón de ser empresarial.


PD: Este post está dedicado especialmente a mis amigas virtuales Gema Sánchez (http://laaprendizdecommunitymanager.wordpress.com/) y Elena Méndez (http://laarmada-invencible.blogspot.com.es/), que tuvieron la gentileza de distinguir este blog con el Liebster Blog Award,  una humilde condecoracion que nos concedemos entre los blogueros de menos de 200 seguidores y cuyas condiciones de aceptación (premiar a otros cinco blogueros) yo todavía no he sido capaz de cumplir. ¡Gracias de todos modos! 

martes, 17 de abril de 2012

No es un catarro

Lo más terrible es que, al menos en este país, el desempleo ha pasado de ser una circunstancia más o menos pasajera de los sujetos a convertirse, para muchos, en una condición implícita en la naturaleza del ser. Dicho de otra manera, y aprovechando el nivel de sutileza en el mensaje que nos permite esta maravillosa lengua en la que tantos nos expresamos, hemos pasado del estar al ser con todo lo que de malo implica.

Haber ingresado a día de hoy en las filas del paro es como haber contraído una importante enfermedad  cuyo pronóstico dependerá en buena medida del estado de salud previo que presente el afectado. De su edad, de su formación, de su ubicación, de sus contactos, de su sexo, de su reflejo de lucha, de su capacidad de adaptación y, entre otras, del nivel de sus defensas mentales.

Pero en todo caso no estamos hablando, como en tiempos mejores, de un simple catarro. Ahora el paro es una enfermedad grave y preocupante. Tan alarmante que puede terminar con el fallecimiento de la vida laboral de algunas personas, las menos preparadas para atravesar con éxito este completo desierto.

¿Cuál es la medicina capaz de parar esta epidemia? ¿Dónde está? ¿Quién la tiene? ¿Quién puede acceder a ella? ¿Está el Gobierno en condiciones de suministrárnosla? Demasiadas preguntas, tal vez. Y todas ellas merecen una explícita contestación por separado que, sin embargo, se puede resumir en una sola frase: El resurgimiento de la economía a manos de empresarios y autónomos que pueden acceder de nuevo al crédito bancario porque el Gobierno pone los medios necesarios para que así sea.

Pero esa medicina, ya hace tiempo formulada, está muy lejos de nuestro alcance por el momento. Muy al contrario, cada vez se rebela un escenario internacional más complicado para atajar esta alteración malsana de nuestra salud económica, laboral y social.

Y en este panorama desolador, aparece el coach de turno dando sabios y más o menos manidos consejos al desempleado para desembarazarse de su condición. Reciclarse, descubrir tú auténtica pasión, emprender, crear tú propio empleo... Mensajes todos muy bonitos y positivos si, tras las palabras y las letras, se desvelara una economía capaz de asimilar la nuevas iniciativas y no un páramo donde el que tiene dinero se lo guarda porque la incertidumbre mata, cada día se producen nuevas oleadas de despidos a veces masivos (lo de Sony y el portazo a 10.000 trabajadores es el penúltimo ejemplo) y nuestras ciudades van pareciendo cada día más y más fantasmas en la medida que se multiplican los negocios cerrados o en liquidación y los consumidores siguen desapareciendo.

En algún momento tendremos que dejar de preguntarnos quién tiene la culpa de todo esto para empezar a buscar quién tiene la respuesta. Y ese momento ya llega con demasiado retraso.


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