La vida da muchas vueltas. Y en una de ellas te puedes ver arrojada al paro. Entonces puedes lamentarte, maldecir o, simplemente, vivirlo.
miércoles, 8 de febrero de 2012
Lo más insidioso
Lo más insidioso de esta situación de desplome del mercado laboral es que da pie a que proliferen personajes como el presidente de Ryanair, el tal Michael O'Leary. Ver http://www.elmundo.es/elmundo/2012/02/07/barcelona/1328621042.html
Porque lo que él simboliza va mucho más allá de las dificultades que se viven en el sector de la aviación. Lo que ejemplifica su actitud de negrero chulesco no es ni más ni menos que la situación de precariedad de derechos que se vive en el mundo laboral. Más claro todavía: el que hoy en día conserva el puesto de trabajo es proclive a olvidar los derechos que le asisten y hasta a aceptar condiciones abusivas.
Pero el retroceso en cuanto a la dignidad de la relación entre el trabajador y la empresa no solo es real. Es que además provoca una sensación tan intensa de falta de protección entre los trabajadores que solo puede llevar a la angustia vital.
Cuando esto acabe, si es que acaba, ¿cuánto tiempo tardaremos en remontar hacia una relación justa y sana entre empleadores y empleados?
Y no le pidan a los sindicatos que se ocupen de ello. Los sindicatos siguen ocupándose de sí mismos y de tratar de que no se destruyan empleos en la cosa pública, que es su cosa.
La viñeta de El Roto en el El País que acompaña estas líneas lo dice todo sobre la angustia del desempleado. De su magnífico hacer espero otra en la que quede de manifiesto la congoja del empleado.
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