martes, 17 de abril de 2012

No es un catarro

Lo más terrible es que, al menos en este país, el desempleo ha pasado de ser una circunstancia más o menos pasajera de los sujetos a convertirse, para muchos, en una condición implícita en la naturaleza del ser. Dicho de otra manera, y aprovechando el nivel de sutileza en el mensaje que nos permite esta maravillosa lengua en la que tantos nos expresamos, hemos pasado del estar al ser con todo lo que de malo implica.

Haber ingresado a día de hoy en las filas del paro es como haber contraído una importante enfermedad  cuyo pronóstico dependerá en buena medida del estado de salud previo que presente el afectado. De su edad, de su formación, de su ubicación, de sus contactos, de su sexo, de su reflejo de lucha, de su capacidad de adaptación y, entre otras, del nivel de sus defensas mentales.

Pero en todo caso no estamos hablando, como en tiempos mejores, de un simple catarro. Ahora el paro es una enfermedad grave y preocupante. Tan alarmante que puede terminar con el fallecimiento de la vida laboral de algunas personas, las menos preparadas para atravesar con éxito este completo desierto.

¿Cuál es la medicina capaz de parar esta epidemia? ¿Dónde está? ¿Quién la tiene? ¿Quién puede acceder a ella? ¿Está el Gobierno en condiciones de suministrárnosla? Demasiadas preguntas, tal vez. Y todas ellas merecen una explícita contestación por separado que, sin embargo, se puede resumir en una sola frase: El resurgimiento de la economía a manos de empresarios y autónomos que pueden acceder de nuevo al crédito bancario porque el Gobierno pone los medios necesarios para que así sea.

Pero esa medicina, ya hace tiempo formulada, está muy lejos de nuestro alcance por el momento. Muy al contrario, cada vez se rebela un escenario internacional más complicado para atajar esta alteración malsana de nuestra salud económica, laboral y social.

Y en este panorama desolador, aparece el coach de turno dando sabios y más o menos manidos consejos al desempleado para desembarazarse de su condición. Reciclarse, descubrir tú auténtica pasión, emprender, crear tú propio empleo... Mensajes todos muy bonitos y positivos si, tras las palabras y las letras, se desvelara una economía capaz de asimilar la nuevas iniciativas y no un páramo donde el que tiene dinero se lo guarda porque la incertidumbre mata, cada día se producen nuevas oleadas de despidos a veces masivos (lo de Sony y el portazo a 10.000 trabajadores es el penúltimo ejemplo) y nuestras ciudades van pareciendo cada día más y más fantasmas en la medida que se multiplican los negocios cerrados o en liquidación y los consumidores siguen desapareciendo.

En algún momento tendremos que dejar de preguntarnos quién tiene la culpa de todo esto para empezar a buscar quién tiene la respuesta. Y ese momento ya llega con demasiado retraso.


7 comentarios:

  1. Gran entrada, enhorabuena. Yo soy otra -de tantos y tantos- periodista parada a la espera de esa medicina de la que hablas...

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  2. Suerte también para ti Miriam, pero no creas que confío mucho en que el remedio llegue para todos.

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  3. Pues así estamos muchos, Carmen. A mi no me ha hecho falta ningún coach que me diga que tengo que reciclarme y ser proactiva, ya me lo digo y aplico yo solita. Pero que si quieres arroz, Catalina...
    Enhorabuena por tu blog y no pierdas los ánimos. Desde el blog de la aprendiz de community manager te he otorgado el Liebster Blog Award. Felicidades!

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    1. Gracias Gema! Pero creo que ya te las di en tu propio blog

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  4. Espero que te guste

    http://laarmada-invencible.blogspot.com.es/2012/05/liebster-blog-que-ilusion.html

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    1. Gracias Elena por tu generosidad. Me anima a seguir. Un saludo

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    2. ya veo que tienes dos!!! te deseo lo mejor!!!

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